Cuando he visto la campaña de "Enjoy the wait" me he acordado de cuando esperaba al Bizkaibus para ir a la uni. Recuerdo que muchas veces la línea que salía del Arenal llegaba tarde y, si no coincidía con algún amigo/a, me aburría muchísimo porque además los retrasos a menudo eran excesivos.
En esos momentos de hastío me acordaba de las encuestadoras que por el Casco Viejo me habían intentado detener para hacerme unas preguntas... y yo les había dicho que no, porque tenía prisa. Cuando pasaban los minutos y el bus no apareceía pensaba "si esas chicas vinieran aquí, a la parada del bus, respondería muy amablemente, así al menos la espera sería más liviana". Pero nunca se les ocurrió, o quizá tenían que hacer las encuestas en aquel otro punto mucho menos estratégico para mí.
Pero bueno, dejémonos de rollos y recuerdos. Os muestro esta campaña (obra de la agencia BBDO Bangkok) de la editorial A book que buscaba estimular la lectura entre los tailandeses. Sinceramente me ha parecido una gran idea ofrecerle un "microrrelato" a alguien en un momento en el que lo va a recibir de buen grado. Es decir, creo que tan importante es la idea como el momento en el que esa idea entra en contacto con el target.
Como se ve en la imagen ofrecían breves historias y sinopsis de novelas en los tickets de las salas de espera, en los manteles de los restaurantes, en páginas web mientras éstas cargaban, en los adhesivos del suelo que señalizan filas y a través del móvil (si sabíamos que llegabamos tarde a una cita bastaba con mandar un SMS con el nº de quien nos estaba esperando, para que esta persona recibiera en su móvil una breve historia y perdonara así nuestro retraso). ¡Bueno, bonito y barato!
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