sábado, 30 de abril de 2011

Mentiras y verdades sobre el agua embotellada

Hace un tiempo escribí una entrada sobre una iniciativa que se había llevado a cabo en algunos establecimientos hosteleros de Navarra, y que publiqué porque me pareció interesante a nivel gráfico y estratégico. Aquel post parece que tuvo bastante repercusión porque días más tarde me mandaron un email desde ANEABE (Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasadas) para explicarme las diferencias entre el "agua mineral natural" y "el agua del grifo". Por si os interesa os resumo un poco lo que me contaban:

"Las aguas minerales naturales son siempre de origen subterráneo, tienen una composición constante y están protegidas ya en la naturaleza de toda contaminación. Es por esa razón, que las aguas minerales naturales son sanas y puras desde su origen.

Son aguas tan singulares que muy pocas pueden acceder a este calificativo de “agua mineral natural” que es concedido por la Administración. Entre otras condiciones, se exige por ley que las aguas minerales naturales deben envasarse, y así se hace, tal cual se presentan en la Naturaleza, sin recibir tratamiento alguno que altere su composición química y microbiológica natural. No está permitido en ningún caso añadir ninguna sustancia, por lo que esta agua tampoco tiene conservantes de ningún tipo. Son aguas que se envasan siempre a pie de manantial mediante un proceso muy controlado, que las protege de cualquier contaminación y que permite que sean envasadas tal cual están en la naturaleza.

Sin embargo, el agua del grifo es principalmente de origen superficial y su composición es cambiante. Necesita ser tratada tanto química como microbiológicamente para su desinfección, ya que ésta es la única manera de garantizar su seguridad alimentaria.

Como puedes ver, ambos productos son totalmente distintos, pero que pueden y deben convivir. El agua mineral natural es un producto alimentario único y absolutamente natural y el agua del grifo es un servicio público al que todo ciudadano tiene derecho".



¿Y por qué vuelvo a hablar de este asunto? Porque hace unos días navegando por la red me topé con una campaña de Tappening (una organización en contra del agua embotellada) cuyo claim decía: "Bottled water causes blindness in puppies" (El agua embotellada causa ceguera en los cachorros), y más abajo concluía: "If bottled water companies can lie, we can too" (Si las compañías de agua embotellada pueden mentir, nosotros también). Además, nos invitaba a descubrir la verdad en la página de Tappening o a difundir nuestra propia mentira desde startalie.com (una vez que nos inventamos una mentira la podemos compartir con nuestros amigos para generar viralidad).




El blogger Matías Elián Callone (autor del blog Vision Beta, que es donde encontré la campaña) nos recomendaba ver el vídeo "La historia del agua embotellada" de Annie Leonard, y se quedaba con una frase: “beber agua embotellada está en camino a convertirse en algo ta cool como fumar durante un embarazo”. Según Callone esta es "una frase que intenta predecir la forma de consumo del agua, sobre todo en países desarrollados. Y las razones para la afirmación parecen certeras ya que el consumo de agua embotellada comienza a disminuir en países como Estados Unidos, donde aparecen alternativas como la venta de botellas reutilizables".

Después de todo lo que he visto y leído creo que efectivamente ambas aguas pueden convivir pero, yo también creo, que es necesario que reduzcamos al máximo el consumo de agua embotellada porque efectivamente no creo que tenga mucho sentido beber agua embotellada en zonas donde, afortunadamente, tenemos agua del grifo de buena calidad. Y en las zonas donde el agua del grifo no es buena, siempre quedan otras alternativas como las jarras depuradoras. De esta forma reduciremos el número de botellas de plástico y todo lo que ello conlleva. No creo que la prohibición del agua embotellada sea la solución, pero sí que su consumo debe ser para casos puntuales. Y tú ¿qué opinas?

2 comentarios:

Inés dijo...

Ayer estuve en el Circo del Sol y además de alucinar con el espectáculo, me gustó que en vez de vender agua embotellada vendían cantimploras o botellas metálicas con agua fresca y luego había un grifo de servicio libre para rellenarlas.
Estoy de acuerdo con que el agua mineral natural tiene propiedades realmente únicas, me he pasado años haciendo campañas para Solán de Cabras y sé que es un agua que lleva depurándose siglos de forma natural, pero también es verdad que las botellas de plástico como tú dices contaminan muchísimo.
Tal vez la solución es embotellarla en cantimploras.
Buen blog Raquel, lo visitaré a menudo.

Raquel García dijo...

¡Hola Inés!
Muchas gracias por tu aportación, como dices lo de las cantimploras es una buena idea. Así que chapeau por los del Circo del Sol!
Sí, a mí me preocupa especialmente la generación innecesaria de residuos y el gasto en energía (producir, transportar...).
Un saludo y gracias por pasarte y comentar.