







Las marquesinas de autobús y tranvía son soportes muy útiles y eficaces para las marcas. Publicitarse en estos espacios no es barato, pero lo cierto es que es difícil no fijarse en los anuncios que hay en ellos. Ocupan lugares preferentes (lo ven los que esperan a que llegue el bus o tranvía, los que ya van montados en ese medio de transporte y de detienen ante esa parada, los que pasan por la acera, los que circulan en un vehículo privado…) y por lo general tienen luz (por lo que se ven también de noche).
Pero hay acciones que consiguen que la eficacia aumente. ¿Cómo? Siendo originales y consiguiendo que la acción rutinaria de la espera se convierta en extraordinaria. Ninguno de nosotros va a comentar con sus amigos (a no ser que se dedique a este mundillo) que ha visto un mupi de Kas en la parada del bus, pero quizá sí que le comente que alguien ha camuflado la marquesina como si fuera un salón de Ikea, o que el asiento se ha convertido en un banquillo de un equipo de fútbol.
Os pongo algunos ejemplos que me han gustado y que creo que ya iba siendo hora de hacerles un post. ¡Hoy toca disfrutar de lo último (y no tan último) en publicidad exterior!
La acción de Ikea en Nueva York de Ikea es una antigua (de 2006, creo) pero que siempre me ha gustado.
La marquesina-pecera es obra de Publicis para Fisch Franke.
El juego de Simon lo utilizó Fiat con el lanzamiento del Fiat 500, y es obra de dommo.
La del sello se llevó a cabo en Australia para el servicio de correos Post.
La marquesina-báscula se hizo para promocionar la cadena de gimnasios Fitness First.
La del brazo escayolado invitaba a la gente a coger un rotulador, elegir un color y escribir lo que quisiera, ya que anunciaba los rotuladores permanentes Sharpie.
La de Big Brother 2008 utilizaba el Bluetooth para mandar dos mensajes anónimos a quien esperaba el autobús, uno teaser que le decía que alguien le estaba observando y le decía dónde se encontraba, y otra que desvelaba el producto, el regreso de Big Brother a Network TEN Australia.
La acción de Marcel para Coca Cola se llevo a cabo en París y quería trasladar el mensaje de que gracias al nuevo diseño de la botella ahora es mucho más fácil de agarrar.
La acción del columpio es obra del diseñador industrial Bruno Taylor.